
Se debe nunca olvidar la historia. Es justo y sobre todo digno rendir homenaje a las víctimas del Holocausto. Y esto es lo que ha pasado hoy en el Ayuntamiento de Zaragoza en un acto que tiene lugar cada año en el Cementerio de la ciudad.
Cada 27 de enero se conmemora el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto y este año 2025 se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz Birkenau.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha presidido la ceremonia, en la que se han encendido seis velas en memoria de los seis millones de personas asesinadas durante el Holocausto. Estas velas han simbolizado también al millón y medio de niños judíos víctimas del exterminio, las minorías perseguidas, los actos de resistencia, los héroes que salvaron vidas arriesgando las suyas y los supervivientes que han conseguido rehacer sus vidas.
El Cuerpo Consular de Aragón ha sido representado en este acto por el Cónsul Honorario de Honduras Sr. Don José Manuel Cardiel Pérez y el Vice Cónsul Honorario de Italia Sr. Don Massimo Marchetti.
La conmemoración se ha iniciado con la interpretación de una pieza musical de la película “La lista de Schindler” al violonchelo por Nuria Gañet. Más tarde, también ha contado con un minuto de silencio en memoria de las víctimas y el rezo de la oración judía “Señor misericordioso” por los representantes de la comunidad judía y de un responso católico.

El acto ha incluido la participación de Zvi Wszlamowicz, superviviente del Holocausto, quien ha compartido su conmovedor testimonio. "Mi madre fue arrestada cuando yo tenía cinco meses. La deportaron a Auschwitz, donde fue asesinada en una cámara de gas. Nunca llegué a conocerla", ha relatado emocionado y ha apuntado que su único recuerdo "son unas fotos en blanco y negro". Su historia ha puesto un rostro humano al sufrimiento vivido por millones de familias judías.
Como símbolo del acto, un árbol arce ha estado presente en la Casa Consistorial. Este árbol será plantado en el Cementerio de Torrero, junto a la tumba de Ángel Sanz Briz, como homenaje a su legado humanitario y como recordatorio de los valores de justicia y solidaridad que encarnó durante su vida.
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