Así lo afirmó el profesor Payson Sheets, arqueólogo y descubridor de Joya de Cerén, un yacimiento arqueológico en El Salvador que algunos llaman la "Pompeya" de América. La comparación con la ciudad italiana, cuya población fue víctima de la erupción del Vesubio en el año 79, dejando miles de muertos, se debe a que las circunstancias del suceso volcánico hicieron que Joya de Cerén conservara de forma notable la arquitectura y los artefactos de los antiguos habitantes, que se dejaron en sus lugares originales para su almacenamiento y uso. Joya de Cerén era una aldea habitada por una comunidad maya hacia el año 650, cuando la erupción del volcán Loma Caldera les sorprendió.
Sin embargo, como demuestran los descubrimientos arqueológicos, el volcán dio a sus habitantes cierto margen de maniobra para huir: "En el caso de Joya de Cerén, la gente no tuvo tiempo de coger sus pertenencias. Tuvieron que huir a causa de la erupción volcánica, a sólo 600 metros al norte de ellos", explica Sheets.
Los especialistas coinciden en que es un lugar único y uno de los sitios arqueológicos más importantes porque muestra los restos del pueblo prehispánico mejor conservado de Mesoamérica.
Fuente: bbc.com
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