EUROPA. LA SEMANA SANTA. HISTORIA, TRADICIONES Y CELEBRACIONES EN EUROPA
- Cuerpo Consular de Aragon
- 14 apr
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La Semana Santa es uno de los periodos más significativos del calendario cristiano, ya que marca la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. En toda Europa, esta semana se celebra con ritos ancestrales, procesiones solemnes y tradiciones locales que se han transmitido durante siglos, y cada país ha desarrollado sus propias costumbres, creando un mosaico de celebraciones que unen fe y cultura.
Las celebraciones de Semana Santa hunden sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Ya en el siglo IV, con el edicto de Constantino que legalizaba el culto cristiano, las comunidades comenzaron a conmemorar la Pasión de Cristo con rituales estructurados. La Iglesia de Jerusalén desempeñó un papel clave en la difusión de las prácticas litúrgicas, que luego se extendieron por todo el Imperio Romano y más allá. Sin embargo, en la Edad Media, con la influencia de las Iglesias católica y ortodoxa, la Semana Santa se convirtió en un momento de gran participación popular. Procesiones, representaciones sacras y ritos penitenciales empezaron a caracterizar las celebraciones, dando lugar a muchas de las tradiciones que se siguen observando hoy en día. Y hablando de tradiciones, he aquí cómo se comportan los distintos países europeos durante este periodo.
España es probablemente el país europeo donde la Semana Santa es más pintoresca e intensa. Las procesiones, organizadas por las cofradías locales, ven a miles de nazarenos ataviados con túnicas y capirotes cónicos, portando las imágenes sagradas en enormes pasos, y la emoción es palpable cuando las bandas de música entonan las tradicionales saetas, conmovedoras canciones que expresan el dolor por la Pasión de Cristo. En algunos lugares, especialmente en el Sur, las celebraciones son tan bellas y únicas desde el punto de vista histórico y cultural que han sido declaradas «Fiestas de Interés Turístico Internacional» por el Gobierno.
En España, la Semana Santa es una celebración pública y festiva en las calles y plazas de las ciudades. Durante estos días de celebraciones, ciudades y pueblos de todo el país se transforman en una gran fiesta al aire libre en la que participan tanto sus habitantes como los turistas que los visitan. La celebración más famosa y atractiva, en la que suelen reunirse hasta 50.000 personas, es la de Sevilla.

En toda Italia, la Pascua se celebra con ritos religiosos y momentos de convivencia. Además de la tradicional misa dominical para celebrar la resurrección de Cristo, la Semana Santa está marcada por numerosos ritos y tradiciones. Uno de los momentos más evocadores de la Semana Santa italiana son las procesiones del Viernes Santo: solemnes procesiones religiosas para conmemorar la Pasión de Cristo durante las cuales los fieles desfilan en silencio por las calles iluminadas por antorchas, a menudo vestidos con ropas tradicionales o encapuchados, portando estatuas sagradas y cruces. Cantos litúrgicos y oraciones acompañan el recorrido, creando una atmósfera de gran recogimiento y devoción.
La bendición de los huevos es también una antigua tradición cristiana, símbolo de la nueva vida y de la Resurrección de Cristo, y se realiza el Sábado Santo, cuando las familias acuden a la iglesia para que se los bendigan. Por su parte, el Lunes de Pascua, más conocido como "Pasquetta", es un día dedicado a las salidas y meriendas al aire libre con amigos y familiares.
En Francia, la Semana Santa se vive con cierta sobriedad en comparación con otros países católicos, pero conserva tradiciones particulares. La mayoría son tradiciones religiosas que incluyen ir a la iglesia durante la Semana Santa, en particular el Jueves y Viernes Santo, el Domingo de Pascua y el Lunes de Pascua. Las campanas de las iglesias callan el Jueves Santo para ofrecer una especie de reconocimiento de la muerte de Jesucristo. En la mañana de Pascua, las campanas vuelven a sonar para celebrar la resurrección de Jesús. En algunos pueblos franceses, la gente se abraza y se besa para celebrar que Jesús está vivo de nuevo. Una de las tradiciones más antiguas se celebra en Perpiñán, al sur del país, con la Procesión del Sanch, en la que los participantes, vestidos de rojo y negro, recorren en silencio las calles de la ciudad, acompañados por el sombrío sonido de una campana.

En Alemania y Austria, las celebraciones de Semana Santa mezclan elementos religiosos y paganos. Uno de los actos más característicos es el encendido del fuego pascual en la noche del Sábado Santo: esta tradición, muy extendida sobre todo en las regiones septentrionales, simboliza la victoria de la luz sobre las tinieblas y va acompañada de celebraciones comunitarias. En Oberammergau (Baviera), por su parte, se celebra cada diez años una de las más famosas representaciones de la Pasión de Cristo, acontecimiento que atrae a espectadores de todo el mundo. Esta tradición se originó en el siglo XVII, cuando los habitantes del pueblo prometieron escenificar la Pasión si sobrevivían a la peste.
Por último, la Semana Santa en Europa del Este se caracteriza por una fuerte tradición cristiana ortodoxa, con ritos y celebraciones que mezclan antiguas costumbres locales con la liturgia eclesiástica. Cada país tiene sus especificidades, pero hay elementos comunes que hacen que esta semana sea especialmente sentida, como el periodo de Gran Ayuno, en el que durante 40 días se evita comer carne, productos lácteos y otros alimentos de origen animal.
Las principales celebraciones tienen lugar el Domingo de Ramos, cuando las iglesias se adornan con ramas de sauce, símbolo de la primavera y la resurrección. El Jueves Santo, en cambio, se conmemora la Última Cena y el lavatorio de los pies, y en muchas iglesias se celebra una larga liturgia con la lectura de los doce Evangelios. El Viernes Santo es un día de luto, mientras que finalmente, el Sábado Santo, muchos fieles se reúnen para la gran Vigilia Pascual, que dura hasta medianoche, cuando se enciende la «Santa Luz» y se anuncia la Resurrección con el canto del Christos Anesti («¡Cristo ha resucitado!»). El Domingo de Resurrección es el momento culminante, con la celebración de la Divina Liturgia y la bendición de los alimentos pascuales.
En conclusión, podemos decir que en toda Europa, la Semana Santa es un viaje emocional de fe, historia y cultura.
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