Alberobello es una ciudad situada en la región de Apulia, en el sur de Italia. Es famosa por sus trulli, antiguas viviendas cónicas de color blanco construidas con piedra seca, que la convierten en un lugar único en el mundo.
Los habitantes de Alberobello siguen viviendo en el interior de estos trullos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
La ciudad está dividida en dos partes: Rione Monti, donde se encuentran la mayoría de los trulli, y Rione Aia Piccola, una zona más tranquila y menos turística.
Alberobello es un popular destino turístico, conocido por sus estrechas calles y los tejados de las casas decorados con símbolos misteriosos y supersticiosos. Durante el día, los visitantes pueden explorar la ciudad, visitar los museos locales y comprar en las tiendas de recuerdos. Por la noche, Alberobello se transforma en un lugar mágico, con luces que iluminan los trulli y crean una atmósfera encantada.
Además, Alberobello está rodeada de bellos paisajes rurales, viñedos y olivares, que ofrecen la posibilidad de practicar senderismo o ciclismo en los alrededores. Por último, la cocina local es famosa por sus platos de pescado fresco, aceite de oliva y vino de alta calidad.
En Alberobello se pueden realizar varias actividades, entre ellas:
Visitar los trulli, los característicos edificios de piedra con tejados en forma de cono típicos de esta zona.
Pasear por las estrechas calles del centro histórico y admirar la arquitectura tradicional del lugar
Visitar el Museo del Territorio, que cuenta la historia y la cultura de Alberobello
Degustar la cocina local, con platos típicos como la pasta orecchiette, la carne a la brasa y dulces típicos como las cartellate
Hacer una excursión por los alrededores, para descubrir el Valle de Itria y sus característicos pueblos como Locorotondo y Martina Franca
Participar en los eventos culturales y folclóricos que se celebran a lo largo del año, como la fiesta de San Rocco a mediados de agosto.
Pasear entre los olivares de los alrededores y disfrutar de la belleza de la campiña de Apulia.
El pequeño tamaño del centro histórico hace que Alberobello sea fácil de visitar. Todos los lugares que no hay que perderse se encuentran a poca distancia a pie, entre pintorescas callejuelas y destellos para fotografiar.
Esto es lo que puede visitar en Alberobello:
Empecemos por el Trullo Sovrano, situado en la parte norte de la ciudad: es el único trullo de dos plantas de la ciudad y está amueblado con muebles originales de principios del siglo XX.
A continuación, nos dirigimos al Rione Monti, el barrio más grande y famoso de Alberobello, con cerca de 1.000 trullos: aquí podrá perderse buscando la foto perfecta. Un consejo que podemos darle es que vaya a ver los Trulli Siamese, dos conos fusionados en el centro que, según la leyenda, simbolizan la historia de amor y odio que envolvió a dos hermanos.
Es el turno del Rione Aia piccola, el barrio más pequeño del centro histórico de Alberobello. Aquí hay unos 400 trulli de uso residencial. Visítelo, pero no espere encontrar tiendas ni discotecas.
A continuación, vaya en busca de la Casa Pezzolla, un complejo de 15 conos interconectados que alberga el Museo del Territorio. La visita es gratuita. Tampoco hay que perderse la Casa D'Amore, una casa histórica que data de 1797, el primer edificio construido después de que Alberobello fuera liberada de toda reclamación fiscal por el rey de Nápoles.
Por último, el Belvedere Santa Lucia es el mirador más sugerente de la ciudad. Visítelo al atardecer para tomar fotos de ensueño.
Pasear por el centro histórico de Alberobello es sumamente satisfactorio. Si quiere hacer una pausa a la hora de comer y regalarse una experiencia gastronómica que no olvidará, tiene que elegir bien qué comer en Alberobello:
--> le sugerimos que empiece con la deliciosa pasta orecchiette de Apulia con grelos y anchoas en salazón.
--> Continúe su comida con el segundo plato más famoso del Valle de Itria: las bombette di carne, pequeños rollos de carne de cerdo rellenos de queso y hierbas.
--> También merece la pena degustar las pettole, deliciosas bolas de masa fermentada fritas en aceite caliente. Típicas de las fiestas navideñas, también se pueden comer mientras se pasea.
--> Termine con fruta, probando las barattiere, frutas de verano de pulpa crujiente que aportan un frescor inmediato al paladar.
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