Vlad III de Valaquia, conocido también como Vlad el Empalador o Vlad Drácul fue príncipe de Valaquia, una región de Rumanía, entre 1456 y 1462. Está considerado uno de los gobernantes más conocidos de la historia de Valaquia y de Rumanía. Su apodo, el Empalador, se debe a sus cruentos castigos contra los turcos, población contra la que luchaba para defender el catolicismo.

Valaquia era un territorio donde los soberanos católicos se enfrentaban a los turcos durante el siglo XV y en 1431 el padre de Vlad III fue admitido en la orden del Dragón que estaba formada por 24 nobles consagrados a luchar contra la herejía y defender la familia imperial. Desde entonces fue conocido como Vlad Dracul, “dragón”, y su hijo, nacido en ese mismo año, sería conocido como Vlad Draculea o Drácula que significa “hijo del dragón".

Lo que ha caracterizado el reinado de Vlad ha sido sin duda su crueldad: normalmente condenaba sus enemigos a la pena capital de empalamiento. Por ejemplo, en la Pascua de 1459 invitó a doscientos nobles a una gran cena junto con sus familias. Las mujeres y los ancianos fueron ejecutados, y los demás se convirtieron en mano de obra esclava para construir un castillo junto al río Arges y muchos de ellos murieron agotados.

En 1897 fue publicada la novela de Bram Stoker “Drácula” que está inspirada a este personaje histórico y en particular a los actos brutales y crueles que se pueden definir como actos vampíricos. De aquí el personaje ficticio de Drácula, un vampiro cruel y maligno que vive en un castillo en Transilvania y que se nutre de sangre humana.
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