La fiesta nacional institucional de Bélgica tiene lugar el 21 de julio de cada año desde 1890. Es un día no laborable en Bélgica. Se estableció para conmemorar un acontecimiento fundamental en la historia belga: el 21 de julio de 1831, Leopoldo I juró lealtad a la nueva constitución belga, convirtiéndose así en el primer monarca de la nación. El juramento del Rey marcó el inicio de un Estado belga independiente bajo una monarquía constitucional, una monarquía que sigue vigente hoy en día a pesar del empuje étnico flamenco en favor de la independencia.
En la actualidad, la fiesta nacional belga se celebra con diversas festividades, a las que asisten el Rey y la familia real al completo. En los últimos años, esta festividad ha querido enfatizar la unidad de Bélgica a través de la figura del Rey. En este día de 2013, Alberto II abdicó en favor de su hijo mayor Felipe, que ascendió al trono en un espacio de solo 90 minutos.
Este aniversario se celebra con actos en todas las ciudades de Beglio: desfiles civiles y militares, competiciones deportivas, conciertos, espectáculos de aviación acrobática, talleres infantiles, representaciones teatrales y de danza... Las primeras celebraciones comienzan el 20 de julio, cuando la gente se reúne en la Place du Jeu de Balle para participar en el Baile Nacional, una clase de danza al aire libre para todos los niveles. Pero el comienzo oficial en Bruselas es una misa solemne en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, mientras que el gran final son los fuegos artificiales en el Palacio Real. Desde este día y hasta septiembre, es posible visitar el magnífico Palacio Real de Bruselas.