Cada año, en agosto, en Guccia, un pueblo situado en la zona de Dragacevo, al oeste de Serbia, acoge el mayor y más importante festival de trompetas del mundo.
El amor por el sonido de las trompetas nació en 1831, cuando el Conde Milos Obrenovic organizó la primera orquesta militar de trompetas. Desde entonces la pasión por ese sonido mágico ha continuado viviendo en el área de Dragaceva: en las calles y en los locales, se puede constantemente oír ese único sonido de las trompetas de tradición serbia.
El sonido de las trompetas ha acompañado, y sigue acompañando, los momentos más importantes de la gente serbia: el nacimiento, el bautismo, el matrimonio, el funeral, las fiestas religiosas, las fiestas de Estado, la siembra y la cosecha.
Durante el Festival de Guccia todo el mundo se deja llevar por los ritmos tradicionales y las melodías, y bailan siguiendo el instinto por la música y por la cultura. Serbia sigue siendo conocida y se distingue del resto del mundo por su inconfundible música y melodía tradicional.
El repertorio abarca desde la música del período austro-húngaro hasta el turco-otomano, incluyendo marchas militares y otras clases de folclore.
La música, las costumbres, las danzas étnicas y todos los demás elementos del folclore se mezclan con un público de todas las partes del mundo, creando una mezcla única de elementos internacionales y nacionales.
Hoy esta fiesta de la música es reconocida como patrimonio único del arte musical, una música exuberante y única que se hace cada año más popular en el mundo. El primer festival de trompetas se organizó en Guccia el 14 de octubre de 1961 a la entrada de la iglesia de San Arcángel Mihailae y Gavrilo.
El Festival ya no es sólo el festival de las trompetas, sino que se ha convertido con el tiempo también en el festival de los letreros, el festival de los pintores, el festival de los escultores, el festival de los cantantes y de los bailarines.
Los que hacen la fiesta son también los restauradores que aprovechan esta extraordinaria ocasión. Ofrecen a los turistas carne de cerdo, de cabra, de cordero, cervezas locales y rakija (grappa serba), poco más. Mientras se come, entre bailes y canciones populares, las bandas tocan y se acercan a las mesas. La tradición exige que se les recompense con billetes para atacar la frente sudada de los músicos acalorados.
Para los trompetas es un gran honor participar en el festival de Guccia y para los visitantes una magnífica y única experiencia. El récord de visitantes se alcanzó en 2002 con 300000 visitantes.
Este año el festival tiene lugar del 12 al 15 de agosto.
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